Este es un espacio para practicar la comunicación gentil y segura contigo mismo.
¡Cuidado! El niño interior necesita suavidad, no gritos.
Cada vez que te comunicas contigo mismo con dureza, tu niño interior se asusta y se esconde. La autocompasión y la gentileza son las llaves para sanar esa conexión. Trátate con el mismo amor y paciencia que le darías a un niño.
Próximo paso: Intenta identificar un pensamiento duro que tuviste hoy y reformúlalo con amabilidad.